Crónicas de un Tipo Cualquiera
Algo más de lo que tus ojos ven
lunes, 6 de junio de 2011
#SpanishRevolution desde la UCM
Como estudiante de 3º de Pedagogía de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid que cursa Tecnología Educativa es para mi un gran honor presentarles mi primer podcast.
The Wise Man’s Fear
«Hay tres cosas que todos los hombres sabios temen: el mar bajo la tormenta, las noches sin luna, y la cólera de un hombre bueno».
Ve.
"Cuando naces, todos a tu alrededor sonríen orgullosos y tú lloras; ve y vive tu vida de forma que cuando tú mueras seas tú el que sonría y todos a tu alrededor lloren."
Eso era amor.
Le comenté:
—Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
—¿Te gustan solos o con rimel?
—Grandes, respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.
Ángel González
—Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
—¿Te gustan solos o con rimel?
—Grandes, respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.
Ángel González
El amo de mi destino; el capitán de mi alma
Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be,
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance,
I have winced but not cried aloud.
Under the bludgeonings of chance,
My head is bloodied but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears,
Looms but the horror of the shade.
And yet the menace of the years,
Finds, and shall find me, unafraid
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate,
I am the captain of my soul.
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be,
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance,
I have winced but not cried aloud.
Under the bludgeonings of chance,
My head is bloodied but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears,
Looms but the horror of the shade.
And yet the menace of the years,
Finds, and shall find me, unafraid
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate,
I am the captain of my soul.
Sobre los cuentos de hadas...
Mi propósito es hablar sobre los cuentos de hadas, aunque bien sé que ésta es una empresa arriesgada. Fantasía es una tierra peligrosa, con trampas para los incautos y mazmorras para los temerarios. Y de temerario se me puede tildar, porque, aunque he sido un aficionado a tales cuentos desde que aprendí a leer y en ocasiones les he dedicado mis lucubraciones, no los he estudiado, en cambio, como profesional. A penas si he sido en esa tierra algo más que un explorador sin mundo (o un intruso), lleno de asombro pero no de preparación.
Ancho, alto y profundo es el reino de los cuentos de hadas, y lleno todo el de cosas diversas: hay allí toda suerte de bestias y pájaros; mares sin riveras e incontables estrellas; belleza que embelesa y un peligro siempre presente; la alegría, lo mismo que la tristeza, son afiladas como espadas. Tal vez un hombre pueda sentirse dichoso de haber vagado por ese reino, pero su misma plenitud y condición arcana atan la lengua del viajero que desee describirlo. Y mientras está en él le resulta peligroso hacer demasiadas preguntas, no vaya a ser que las puertas se cierre y desaparezcan las llaves.
J.R.R. Tolkien, Sobre los cuentos de hadas, en Los monstruos y los críticos y otros ensayos.
Ancho, alto y profundo es el reino de los cuentos de hadas, y lleno todo el de cosas diversas: hay allí toda suerte de bestias y pájaros; mares sin riveras e incontables estrellas; belleza que embelesa y un peligro siempre presente; la alegría, lo mismo que la tristeza, son afiladas como espadas. Tal vez un hombre pueda sentirse dichoso de haber vagado por ese reino, pero su misma plenitud y condición arcana atan la lengua del viajero que desee describirlo. Y mientras está en él le resulta peligroso hacer demasiadas preguntas, no vaya a ser que las puertas se cierre y desaparezcan las llaves.
J.R.R. Tolkien, Sobre los cuentos de hadas, en Los monstruos y los críticos y otros ensayos.
Nada ni nadie...
Un día el elefante le dijo a la alondra que le tenía envidia por poder volar.
¡Cuanto le gustaría remontarse por los aires, ver la tierra desde las alturas, llegar a cualquier sitio en cualquier momento! Pero con su peso... ¡era imposible!
La alondra le dijo que era muy fácil. Se quitó con el pico una pluma de la cola y le dijo:
"Aprieta fuerte esta pluma en la boca, y agita rápidamente las orejas arriba y abajo"
El elefante hizo lo que la alondra le había dicho. Apretó con fuerza la pluma en la boca para que no se le fuese y comenzó a agitar sus grandes orejas arriba y abajo con toda su energía.
Poco a poco noto que se levantaba, despegaba, se sostenía en el aire y podía ir donde quisiese por los aires con toda facilidad.
Vio la tierra desde las alturas, vio los animales y los hombres, cruzo por lo alto el río profundo que había marcado el límite de su territorio, exploro paisajes desconocidos, y volvió al fin, feliz y contento a aterrizar al sitio donde había dejado a la alondra.
"No sabes cuanto te agradezco esta pluma milagrosa", le dijo.
Y se la guardo cuidadosamente detrás de la oreja para volver a usarla en cuanto quisiera volar otra vez.
La alondra le contesto: "Oh, esa pluma. La verdad es que no vale nada. Se me iba a caer de todos modos, y era inútil"
"Pero tenia que darte algo para que creyeras, y se me ocurrió eso. Lo que te hizo volar fue lo bien que agitaste las orejas"
Nada ni nadie...
¡Cuanto le gustaría remontarse por los aires, ver la tierra desde las alturas, llegar a cualquier sitio en cualquier momento! Pero con su peso... ¡era imposible!
La alondra le dijo que era muy fácil. Se quitó con el pico una pluma de la cola y le dijo:
"Aprieta fuerte esta pluma en la boca, y agita rápidamente las orejas arriba y abajo"
El elefante hizo lo que la alondra le había dicho. Apretó con fuerza la pluma en la boca para que no se le fuese y comenzó a agitar sus grandes orejas arriba y abajo con toda su energía.
Poco a poco noto que se levantaba, despegaba, se sostenía en el aire y podía ir donde quisiese por los aires con toda facilidad.
Vio la tierra desde las alturas, vio los animales y los hombres, cruzo por lo alto el río profundo que había marcado el límite de su territorio, exploro paisajes desconocidos, y volvió al fin, feliz y contento a aterrizar al sitio donde había dejado a la alondra.
"No sabes cuanto te agradezco esta pluma milagrosa", le dijo.
Y se la guardo cuidadosamente detrás de la oreja para volver a usarla en cuanto quisiera volar otra vez.
La alondra le contesto: "Oh, esa pluma. La verdad es que no vale nada. Se me iba a caer de todos modos, y era inútil"
"Pero tenia que darte algo para que creyeras, y se me ocurrió eso. Lo que te hizo volar fue lo bien que agitaste las orejas"
Nada ni nadie...
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