lunes, 6 de junio de 2011

Sobre los cuentos de hadas...

Mi propósito es hablar sobre los cuentos de hadas, aunque bien sé que ésta es una empresa arriesgada. Fantasía es una tierra peligrosa, con trampas para los incautos y mazmorras para los temerarios. Y de temerario se me puede tildar, porque, aunque he sido un aficionado a tales cuentos desde que aprendí a leer y en ocasiones les he dedicado mis lucubraciones, no los he estudiado, en cambio, como profesional. A penas si he sido en esa tierra algo más que un explorador sin mundo (o un intruso), lleno de asombro pero no de preparación.

Ancho, alto y profundo es el reino de los cuentos de hadas, y lleno todo el de cosas diversas: hay allí toda suerte de bestias y pájaros; mares sin riveras e incontables estrellas; belleza que embelesa y un peligro siempre presente; la alegría, lo mismo que la tristeza, son afiladas como espadas. Tal vez un hombre pueda sentirse dichoso de haber vagado por ese reino, pero su misma plenitud y condición arcana atan la lengua del viajero que desee describirlo. Y mientras está en él le resulta peligroso hacer demasiadas preguntas, no vaya a ser que las puertas se cierre y desaparezcan las llaves.

J.R.R. Tolkien, Sobre los cuentos de hadas, en Los monstruos y los críticos y otros ensayos.

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